Isabel Sucunza
Hola, Vargas Llosa
El “parece mentira que el independentismo catalán esté en el centro de la actualidad española” que suelta usted en el primer párrafo de su artículo de hoy, quiere decir exactamente lo mismo que el “no me gusta opinar sobre lo que no sé, pero aquí va” del último párrafo de aquel otro artículo que firmaba hace unos días Almudena Grandes.
Para entender lo que está pasando en Cataluña (y entender lo que está pasando en Cataluña o al menos creer entenderlo, pienso, es o debería ser condición previa a sentarse a escribir un artículo sobre el tema), lo primero que hay que entender es cómo ha llegado a ser el independentismo tema central de la actualidad española. Voy a permitirme darle una pista a ver si lo entiende y luego le voy a explicar qué me ha hecho perderle el respeto hasta el punto de creerme en posición de darle una pista a todo un Nobel de literatura como usted: Se habla tanto del independentismo catalán ahora mismo porque hace un tiempo, en las últimas elecciones catalanas, los partidos ya se presentaron dejando claro en sus programas si eran o no independentistas, y resultó que ganaron los que lo eran. Ni usted ni Cercas, por lo visto, se enteraron de esto, igual que usted no ha visto tampoco que han pasado otras cosas que, en su artículo, dice que no han pasado; como que la opinión pública SÍ se indignó cuando salieron niños pidiendo la independencia por la tele, pero luego se acordó de que la tele española lleva tiempo ensenñando niños ‘en trance’, como los niños catalanes que exageradísimamente retrata usted, poniendo cara a proclamas antiabortistas, proolímpicas y hasta rojísticas, de La Roja la selección, por ejemplo, y nadie se ha extrañado por esa manipulación.
Otra pista que debería de ayudarle a entender el porqué de la actualidad del independentismo, la dice usted en su mismo artículo cuando escribe “la libertad del individuo (es) la más importante conquista de la historia, que dio al ciudadano la prerrogativa de elegir su propio destino –su cultura, su religión, su vocación, su lengua, su domicilio, su identidad sexual- y de coexistir con los demás, siendo distinto a los otros, sin ser discriminado ni penalizado por ello.”, lo que pasa que la utiliza para argumentar todo lo contrario de para lo que, desde hace unos años, se está utilizando para argumentar aquí. Se apropia usted de un argumento que puede utilizarse tanto para una cosa como para la otra: dice que el nacionalismo catalán coarta la libertad del individuo, cuando precisamente el nacionalismo catalán se ha hecho más fuerte en ser el individuo coartado de su libertad; de libertades como la de utilizar su propio idioma, y elijo idioma por centrarme en una cosa que a usted sí parece importarle, a ver si nos entendemos así. Podría aquí pasarle la lista, hacerle la cronología de la supervivencia del catalán, que sería la misma cronología del vapuleo al que desde el gobierno central se le ha sometido desde tiempos inmemoriales, pero por no alargarme, simplemente le diré que le eche un vistazo a lo que ahora mismo está pasando en Mallorca; lo encontrará buscando en el google vaga mestres mallorca (vaga quiere decir huelga y mestres maestros, el resto se entiende solito, ya lo verá usted).
En fin, podría seguir pero veo que vuelve a utilizar, para cerrar su artículo, la idea de que la libertad es propia del no nacionalismo y, como veo que no nos vamos a poner de acuerdo en esto porque yo soy de las que piensa que el no nacionalismo es una cosa que no existe -piénselo: en un juego de contrarios sería como decir que el Madrid es fútbol, así que su contrario, el Barça, por el mero hecho de no ser el Madrid, no lo es- prefiero dejarlo aquí, no sin antes decirle que creo que ha escrito usted un artículo llenito de lugares comunes para protestar precisamente por los lugares comunes, y llenito también de reflexiones que pueden utilizarse tanto para defender una cosa como para defender la otra, que es al final como si no hubiera escrito nada. Pero déjeme explicarle antes, que se lo he prometido, por qué me he atrevido a darle pistas, por escrito encima, a un gran escribidor como usted. Aquí va:
La metáfora del semáforo de Cercas es una mierda. Es cutre. Juega con símbolos prohibitivos y los quiere vender como marco legal a respetar. Cae por su propio peso. Así que no me trago que a usted, Nobel de literatura, le parezca buena. Así que no me trago nada tampoco de lo que viene después en este su artículo de hoy.
(Del bloc de l’escriptora navarresa resident a Barcelona Isabel Sucunza: The first swimming lesson)